Denaria in the media

Spain has no plan to protect cash

La Plataforma Denaria ha publicado un informe en el que advierte de la importancia del dinero en efectivo para la seguridad nacional, en un momento en el que la digitalización de los pagos y la dependencia tecnológica plantean serias vulnerabilidades para los Estados.

Según el documento, titulado “La importancia del dinero en efectivo para la Seguridad Nacional”, el efectivo debe ser reconocido como una infraestructura crítica y su acceso garantizado en cualquier circunstancia, al mismo nivel que servicios básicos como el agua o la electricidad.

El texto recuerda que la seguridad nacional ya no se limita a la defensa militar, sino que abarca ámbitos como la tecnología, la digitalización, el cambio climático o las cadenas de suministro. En este marco, el dinero en efectivo se presenta como un elemento de resiliencia frente a crisis de distinta naturaleza: desde catástrofes naturales hasta pandemias, ciberataques o conflictos geopolíticos. La Unión Europea, de hecho, incluye el acceso a billetes y monedas dentro de sus planes de preparación para emergencias, situándolo al mismo nivel que alimentos, agua potable o linternas.

El informe cita ejemplos de países que han dado pasos decisivos en este terreno. Suecia, que caminaba hacia una sociedad sin efectivo, obligó a los bancos a ofrecer servicios de billetes y publicó un folleto oficial recomendando a los ciudadanos tener reservas de dinero físico en casa. Finlandia ha incorporado el efectivo en su estrategia de seguridad nacional y Noruega sanciona a los comercios que rechacen pagos en metálico. Estas medidas contrastan con la situación española, donde el efectivo aún no aparece en la Estrategia de Seguridad Nacional y no ha sido reconocido como infraestructura crítica, a pesar de que el euro es moneda de curso legal en toda la Unión Europea.

El documento alerta de tres riesgos principales: la vulnerabilidad ante catástrofes naturales y crisis sociales, la creciente amenaza de la ciberdelincuencia —que podría costar al mundo 9,5 billones de dólares en 2024—, y la dependencia tecnológica de grandes compañías extranjeras que controlan la mayoría de los pagos digitales. A diferencia de las transacciones electrónicas, el efectivo no puede ser hackeado y no depende de intermediarios privados o sistemas internacionales como Visa, Mastercard o SWIFT, cuya interrupción, voluntaria o forzada, podría dejar inoperativo el sistema económico en cuestión de horas.

En España, el acceso al efectivo se ha visto reducido por la pérdida de cajeros automáticos, que han caído un 39,2 % desde 2008, afectando especialmente a zonas rurales y colectivos vulnerables. A pesar de ello, el 33 % de la población sigue utilizando el dinero físico en sus compras—siendo el segundo método de pago más extendido—y el 25 % de las empresas lo considera el sistema más seguro. Sin embargo, la ley española impone límites a su uso mucho más estrictos que la media europea, al restringir los pagos en efectivo a un máximo de 1.000 € frente a los 10.000 € que permite la normativa comunitaria.

Por todo ello, Denaria propone actualizar el marco normativo para reforzar el acceso, uso y aceptación del efectivo, blindar su presencia en emergencias, garantizar una red amplia de cajeros automáticos, y sobre todo, incorporarlo a las políticas de seguridad nacional. En palabras del informe: “el efectivo es la forma más segura, económica y fiable para evitar robos de información y preservar la autonomía estratégica”. La plataforma concluye que confiar únicamente en sistemas digitales sería “un error de graves consecuencias” y subraya que conservar el dinero físico es una medida de protección no solo económica, sino también democrática.

Fuente: La Tribuna del País Vasco