Después del apagón podemos hacer muchos análisis y sacar varias consecuencias**. Muchas de ellas relacionadas con mecanismos de respuesta ante imprevistos.**
Uno de ellos es cómo asegurar el tráfico mercantil de menudeo en todo momento. Concretamente las compraventas corrientes entre particulares y de ellos con empresas. Algunas de estas compraventas tienen la característica de la urgencia.
Por ejemplo, las compras de alimentos y determinados productos de uso diario al que estamos acostumbrados o medicinas.
Hoy en día la inmensa mayoría de ellas se hacen mediante pagos electrónicos, tarjetas de crédito, Bizum, transferencias, …
Pero en caso de que haya una caída de los sistemas de suministros eléctricos, estos mecanismos dejan de actuar.
¿Qué pasa entonces? Que la compra y venta de bienes de primera necesidad se pueden colapsar si no se tiene dinero en efectivo.
De hecho, por ejemplo, ha habido turistas en ese día que se han visto en la casi indigencia. Fiados en los sistemas de pago electrónico y, en concreto, en el dinero de “plástico” (tarjetas), se han encontrado con que no podían ni siquiera comer ni un bocadillo, al no tener billetes o monedas.
Un pequeño remanente en efectivo hubiera servido para superar momentáneamente la situación.
Esta situación general, también se puede producir a nivel individual. Por razones varias, alguien puede perder individualmente la capacidad de pagar y/o cobrar de manera electrónica. Por ejemplo, un bloqueo de sus cuentas, o la pérdida o robo de las tarjetas. Algo dramático si se necesita una medicina urgente.
En consecuencia, resulta prudente no dejar toda la materialización de pagos y cobros a esos medios electrónicos.
Es uno de los argumentos de Denaria.
Denaria es una organización presidida por Javier Ruperez. Javier, además de querido amigo, es embajador de España y conocido político, con protagonismo en varios acontecimientos de la España contemporánea.
Denaria tiene como objetivo la defensa del dinero en efectivo. Uno de sus argumentos es la defensa de la “privacidad” individual frente a la intervención posible de quienes pueden acceder a las transacciones electrónicas ¿Nos gustaría en toda circunstancia que se pueda conocer públicamente lo que hacemos en todas las circunstancias de nuestra vida a través de la fiscalización económica? ¿No tenemos derecho a una intimidad?
Denaria se convierte en un defensor de la libertad individual en algunos momentos íntimos de la vida de la persona.
¿Por qué es necesaria Denaria? Porque con la excusa de la eficacia o el bien público hay una tendencia en muchos poderes públicos a impedir el uso de dinero efectivo en billetes o monedas.
Hay muchas medidas que los poderes públicos están poniendo para reducir el uso del efectivo. De momento prohibir que determinados pagos de puedan hacer en efectivo a partir de cantidades determinadas. Aún no se ha llegado a proscribir el uso del efectivo en cualquier momento o cantidad, pero sí se intenta restringirlo al máximo.
Con estas medidas se trata de evitar la economía informal (como se le llama en Sudamérica) o sumergida (como se llama aquí). Se pretende impedir, además, la reducción de la recaudación fiscal o la explotación laboral.
O reducir la narco-economía que, como se sabe, se mueve en grandes cantidades en efectivo.
Pero para ello hay otras medidas posibles. Tales como la eficacia de la inspección laboral o la reducción del coste del recurso trabajo, bajando los impuestos que lo encarecen.
Por otra parte, el narcotráfico se combate con la eficiencia de la policía o la educación desde la escolaridad infantil para reducir las adicciones. Aparte de que la narco-economía cada vez utiliza más las criptomonedas.
En resumen, la prudencia indica que “in medio virtus” (la virtud está en la moderación). Lo mejor es mantener la vigencia del efectivo acotando aquellas cantidades o modalidades en los que el uso del pago o cobro electivo se pueda utilizar. Pero en ningún caso prohibir su uso. Sería una imprudencia.
El apagón fue una desgracia. Pero tuvo una consecuencia positiva: recordarnos la fragilidad de nuestra dependencia tecnológica y la necesidad de prudencia y previsión en todo momento.
Tener algo de dinero en efectivo en casa o en el bolsillo es señal de prudencia.
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.
Fuente: El Español