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Ni Bizum ni tarjeta: el Banco Central Europeo avisa de que prohibirá los carteles de "no se acepta efectivo"

En los últimos años, el debate sobre el futuro del dinero en efectivo se ha intensificado. La pandemia de 2020 aceleró de forma masiva la adopción de los pagos digitales, y cada vez son más los comercios que cuelgan el cartel de "solo se acepta tarjeta". Parecía una transición natural e imparable. Sin embargo, el Banco Central Europeo (BCE) acaba de lanzar un mensaje contundente que va en la dirección contraria, una defensa a ultranza del dinero físico que choca con la narrativa dominante en estos últimos años.

En una publicación firmada por Piero Cipollone, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, la institución deja clara su postura: el efectivo sigue siendo "indispensable" y están trabajando activamente no solo para protegerlo, sino para adaptarlo al futuro. Y no, la llegada del futuro euro digital no cambiará esto; llegará para complementar, no para sustituir.

La gran paradoja: usamos menos el efectivo, pero hay más en circulación que nunca

Aunque la percepción general es que el uso de billetes y monedas en las transacciones diarias ha disminuido, los datos del BCE revelan una realidad sorprendente: la circulación de euros en efectivo no para de crecer. Actualmente, hay en circulación 30.400 millones de billetes por un valor total de 1.600 billones de euros.

Tras un breve estancamiento, estas cifras vuelven a crecer a un ritmo anual del 2,3% en volumen y del 1,7% en valor. Para que nos hagamos una idea de la magnitud, esto significa que hay casi 5.000 euros en billetes en circulación por cada ciudadano de la zona euro.

¿Cómo se explica esta paradoja? Según el BCE, el efectivo no solo se usa para pagar, sino también como reserva de valor. En tiempos de incertidumbre, la gente confía en el dinero físico. La demanda de billetes se disparó durante la crisis financiera de 2008, la crisis de deuda europea y la pandemia de la COVID-19, demostrando su importancia como refugio en momentos turbulentos.

El salvavidas en caso de crisis (y la lucha contra el "no se acepta efectivo")

El BCE subraya un papel del efectivo que a menudo olvidamos: es la única forma de pago resiliente. Funciona incluso cuando los sistemas de pago electrónico se caen por cortes de luz, fallos de internet o ciberataques. El reciente apagón en la Península Ibérica, recuerda el BCE, demostró una vez más que el dinero físico, al no depender de la tecnología, es el único en el que siempre se puede confiar.

Por esta y otras razones, la institución se opone frontalmente a la práctica, cada vez más extendida, de que los comercios se nieguen a aceptar pagos en efectivo. Según el BCE, los carteles de "no se acepta efectivo" no solo son "indeseables" porque restringen la libertad de elección del consumidor, sino que son "fundamentalmente inconsistentes con el estatus de curso legal del euro".

La institución defiende que esta práctica corre el riesgo de excluir a miembros de la sociedad, especialmente a aquellos que dependen del efectivo para sus transacciones diarias. Por ello, el BCE está impulsando una nueva regulación europea que establecerá una prohibición clara de estas prácticas y obligará a los estados miembros a establecer sanciones "efectivas y disuasorias" para quienes no cumplan.

Un futuro con dos caras de la misma moneda: el euro físico y el digital

Lejos de querer eliminar el efectivo, el plan del BCE es modernizarlo. Ya está en marcha un proceso para rediseñar los billetes de euro, con diseños más modernos y características de seguridad avanzadas para combatir la falsificación.

Y en este futuro, el efectivo convivirá con el euro digital. El BCE insiste en que su versión digital no reemplazará a los billetes y monedas, sino que los complementará, ofreciendo una "expresión digital del efectivo". La idea es que los europeos se beneficien de una gama más amplia de métodos de pago, pudiendo usar el dinero del banco central para casi todo, incluidas las transacciones online, pero manteniendo siempre la opción física.

Así que, la próxima vez que escuches que el dinero en efectivo tiene los días contados, recuerda que la máxima autoridad monetaria de Europa está trabajando precisamente para que eso nunca ocurra. Como concluye el propio BCE: "en resumen, el efectivo ha venido para quedarse".

Fuente: La Razón