El Ministerio del Interior, a través de la Secretaría de Estado de Seguridad, publica anualmente el Informe sobre la cibercriminalidad en España. El nacimiento y la rápida difusión de las redes informáticas están propiciando que estas actividades sean uno de los ámbitos delictivos con mayor crecimiento en nuestro país. Es por ello necesario medir y contabilizar todos estos parámetros para disponer de datos precisos que permitan elaborar estrategias para abordar el problema.

Según el último de estos informes, en el año 2021 se registraron en España un total de 305.477 delitos informáticos, de los que la gran mayoría fueron por fraude informático (87,4%). Le siguen a gran distancia las amenazas y coacciones (5,7%), la falsificación informática (3,4%) y el acceso e interceptación ilícita (1,7%).

De todos ellos, el porcentaje de hechos esclarecidos fue del 15,9% del total, lo que supone un ligero incremento desde el 14% anterior. Por otra parte, los detenidos e investigados alcanzaron la cifra de 13.801, un incremento del 22,3% respecto al año 2020 en el que se registraron 11.280 detenidos e investigados.

Lo más preocupante de esta situación no solo es el volumen alcanzado, sino el crecimiento exponencial de este tipo de delitos en los últimos años. Tal y como se observa en el siguiente gráfico, el año 2017 supuso un punto de inflexión para estas actividades que se han multiplicado por tres desde entonces. Lo que sí es una constante es el peso de los delitos de fraude sobre el total que se ha mantenido por encima del 80% en el periodo analizado.

Evolución del número de delitos informáticos en España

Fuente: Informe sobre la cibercriminalidad en España 2021

Si atendemos a la distribución geográfica de los delitos, observamos como la gran mayoría de ellos se produce en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla. Destaca la quinta posición de Alicante con una cifra similar a Sevilla. Por el contrario, las provincias de la España vaciada son las que registran un porcentaje de delitos menor.

Distribución geográfica de los delitos en España

Fuente: Informe sobre la cibercriminalidad en España 2021

Con estas cifras, es evidente que el fraude no puede reducirse únicamente al dinero en efectivo. O, dicho de otra manera, atribuir el grueso del fraude fiscal a una actividad protagonizada por billetes de baja denominación da cuenta de la distorsión apreciativa que afecta a este debate. Sobre todo si se tiene en cuenta el último estudio del Banco Central Europeo sobre actitudes de pago (2022), que señala que un 80% de las transacciones menores a cinco euros se hicieron en efectivo y tan solo un 30% de las mayores de 100 euros.