El papel del efectivo más allá de los pagos

El uso del efectivo en el día a día de las personas, especialmente en los pagos al por menor, sigue teniendo un rol fundamental en el mundo. Pero más allá de su manejo práctico, el dinero en efectivo juega un papel mucho más extenso en la sociedad que no está vinculado a los pagos. Así lo analiza detenidamente el estudio de Cash EssentialsMás allá de los pagos’ que se centra en la dimensión social del efectivo y que se puede resumir en cuatro características esenciales: su universalidad, la confianza que genera, su eficacia y la interconexión con las personas.

En los últimos años la tecnología ha permitido la creación y diversificación de nuevos métodos de pago: pagos con el móvil, tarjetas sin contacto, smartphones, Bizum, monedas virtuales… Sin embargo, y de forma paralela, la demanda de billetes y monedas ha continuado en ascenso por todo el mundo, algo que demuestra que el efectivo sigue teniendo un papel fundamental en la gran mayoría de países.

Pero si hay algo que el estudio de Cash Esentials pone en valor es que el efectivo suma varios valores y beneficios a la sociedad. Gracias a su universalidad, su facilidad de uso o la confianza que genera, existe una demanda permanente de billetes y monedas. Y concluye que “aunque algunos instrumentos de pago alternativos pueden coincidir con una o dos características del efectivo, ninguno puede ofrecer toda su gama de beneficios”. 

El efectivo es universal

Una característica propia del efectivo que no comparten otros métodos de pago es su universalidad: monedas y billetes pueden ser utilizados y aceptados por todas las personas.

Para ello, no se necesita tener una cuenta bancaria, ni depender de una red de telecomunicaciones. El efectivo no discrimina a nadie por edad, sexo o situación financiera como sí sucede con otros mecanismos de pago.

Además, el efectivo es especialmente necesario para una parte de la población que podría considerarse vulnerable como los invidentes o personas con discapacidad, o aquellos colectivos “desbancarizados” que representan la mitad de la población mundial. Por último, el efectivo tiene estatus de moneda de curso legal y también sirve como reserva de valor.

El efectivo genera confianza

El ‘cash’ es un instrumento de pago seguro; no sólo existe poca falsificación en relación con el volumen de billetes que hay en circulación, sino que también supone una solución de pago que protege la información privada y personal. Tampoco depende de ningún sistema electrónico que pueda tener una caída o estar fuera de servicio y en situaciones críticas, tales como desastres naturales o guerras, el dinero en efectivo constituye la única forma de pago disponible que garantiza la continuidad de la economía. 

El efectivo es eficaz

En la pluralidad de países del mundo, el efectivo es la fórmula más eficiente para los pagos de bajo valor, que son la mayoría de las transacciones. En la actualidad, los billetes son cada vez más seguros, duraderos y difíciles de falsificar. La cuota de mercado de billetes y monedas los convierte en un referente y los reguladores intentan garantizar que los pagos no monetarios alcancen el mismo nivel de eficiencia.

El efectivo conecta a las personas

Es extremadamente difícil cuantificar el valor que tiene el efectivo para la sociedad; se trata, probablemente, del producto más utilizado en el mundo. Cualquier persona, independientemente de la edad o la procedencia, lo utiliza.

Los países usan los billetes para promover su patrimonio y sus valores y la moneda nacional es, en muchos casos, un símbolo de soberanía. Asimismo, en todo el mundo, los niños utilizan el efectivo cuando empiezan con la alfabetización financiera.