• Según los datos del Banco de España, el volumen de extracciones de efectivo realizadas por los particulares en los cajeros automáticos se situó en 2022 en 119.798,71 millones de euros, frente a los 111.131,44 millones de 2021.
• El importe medio de las operaciones aumentó un 3,32%, mientras que el volumen de retiradas de dinero se aceleró un 9,31% en el último trimestre de 2022.

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Madrid, 31 de marzo de 2023. El uso del efectivo continúa su tendencia alcista entre los ciudadanos españoles, asegura Denaria a partir del análisis de los datos sobre retirada de efectivo en cajeros automáticos publicados por el Banco de España.

Durante el año pasado, los particulares retiraron de los cajeros un total de 119.798,71 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 7,80% respecto a los 111.131,44 millones de euros de extracción de fondos del año 2021. Los datos del Banco de España ponen en evidencia esta preferencia por el dinero físico, que registró una aceleración a finales del año. En el último trimestre de 2022, se produjo un avance del 9,31%.

Los datos de la autoridad monetaria española evidencian también un incremento en el importe de cada operación de extracción de efectivo en los cajeros. El número de operaciones de retirada de fondos creció un 4,34% el año pasado, desde las 652,85 millones de operaciones 2021 hasta las 681,182 millones del 2022. El cruce de este dato con el del volumen de fondos retirados indica que el valor medio por operación alcanzó los 175,87 euros en 2022, frente a los 170,22 euros el año 2021, lo que supone un crecimiento del 3,32%.

El efectivo recupera posiciones conforme pasan los meses. En 2020 registró una fuerte caída del 18,36% en la utilización de cajeros, debido a la menor utilización de efectivo por la pandemia del coronavirus, motivada por la reducción del consumo y las recomendaciones de las autoridades de utilizar los pagos por la vía digital para evitar contagios. El fin de la emergencia sanitaria está devolviendo al dinero físico a sus niveles de aceptación entre los usuarios. En 2021, el importe de las operaciones de retirada de fondos ya había crecido el 8,74%.

En estos momentos, el efectivo casi ha recuperado el terreno perdido en el año 2020. La extracción de fondos en cajeros se ha incrementado en los últimos dos años en 17.600,74 millones de euros. El dinero físico obtenido en cajeros se encuentra sólo un 4,3% por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, lo que supone 5.390,17 millones de euros menos. En el año 2019, la retirada de fondos fue de 125.188,58 millones de euros.

El efectivo se ha consolidado entre los ciudadanos incluso en un momento en que el número de cajeros automáticos sigue en una tendencia bajista. En el año 2022, este número se redujo un 5,05%, desde los 47.639 cajeros de 2021 hasta los 45.233 del cierre del pasado año. El número de cajeros automáticos ha sufrido una fuerte caída del 27% desde su máximo en 2008.

Por otro lado, los datos publicados por el Banco de España indican que el pago por medios digitales se consolida a través de los terminales punto de venta (TPV), cuya cifra anotó un crecimiento del 6,82% en 2022, desde los 2.210.994, hasta los 2.361.832 millones de terminales.

El número de tarjetas creció de manera simbólica en 2022, con un 0,5%, lo que elevó el número de estos medios de pago hasta los 88,42 millones. Las cifras publicadas denotan además una estrategia marcada hacia las tarjetas de crédito (en detrimento de las de débito), con un incremento del 7,28%, hasta los 41,36 millones de unidades, en tanto el volumen de tarjetas de débito se redujo el 4,79%, hasta los 47,07 millones de unidades.

Los datos del Banco de España suponen un refrendo de la actividad de la Plataforma Denaria. Desde su nacimiento, Denaria ha tenido como objetivo trasladar a la sociedad la relevancia del efectivo como un bien esencial y un derecho para los ciudadanos que supone una garantía para la finalización en las operaciones de adquisición de bienes y servicios.

Denaria trabaja en la sensibilización de la sociedad sobre la importancia del efectivo como medio universal de pago y como infraestructura crítica en la economía, especialmente en situaciones de emergencia, y alerta también de la creciente dificultad de acceso al efectivo por la desaparición de oficinas bancarias y cajeros.

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