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El BCE admite que las criptomonedas "han llegado al punto de inflexión" que temían: ya son una amenaza sistémica

Esta semana el Banco Central Europeo ha explicitado su estrategia para intentar que el euro intente ganarle terreno al dólar como divisa hegemónica. Uno de los pilares es el euro digital. Este asunto fue uno de los temas principales abordados en el Observatorio Económico El Confidencial-Mapfre. Los expertos participantes coinciden con el BCE en remarcar la importancia que tendría el despliegue del euro digital.

"El euro digital está pensado desde la autonomía estratégica", señala Judith Arnal, investigadora senior del Center for European Policy Studies y del Real Instituto Elcano. Actualmente, Europa tiene un mercado de pagos interior dominado por grandes multinacionales estadounidenses, en especial Visa y Master Card, y muy fragmentado. El euro digital permitiría realizar transferencias dentro de la eurozona de forma inmediata y gratuita, y con tecnología del banco central.

Sería una especie de Bizum, pero que funcionaría a nivel comunitario. “El proyecto del euro digital se va a culminar porque es una decisión política”, señala José Manuel González-Páramo, presidente de European DataWarehouse y miembro del Comité Ejecutivo del BCE entre 2004 y 2012. En su opinión, es un buen sistema para romper la fragmentación del sistema de pagos, lo cual es fundamental dentro de un área económica.

El sistema sería sencillo, los usuarios pueden comprar euros digitales, ofrecidos directamente por el BCE, y utilizarlos en un monedero virtual como si fuese su cuenta corriente normal. Una de las claves que tiene que resolver el eurobanco y la propia Comisión Europea es diseñar aplicaciones de uso fácil para lograr una auténtica penetración.

El éxito del euro digital depende, en gran medida, de que tenga un uso masivo por parte de los usuarios. De lo contrario, no conseguirá lograr la autonomía estratégica que desean las autoridades.

"El euro digital es una solución muy buena a corto plazo, que nos impermeabilice contra el efecto de la penetración de otro tipo de activos financieros, monedas o criptomonedas internacionales", explica Gonzalo de Cadenas-Santiago, subdirector general de Mapfre Economics.

El BCE todavía tiene importantes cuestiones por responder que plantean los expertos del Observatorio Económico. La primera es la diferencia entre el dinero bancario y el euro digital. El dinero bancario está creado por la intermediación de los bancos, por lo que no está directamente respaldado por el BCE, como sí estaría el euro digital. Ante una futura crisis financiera, los ahorradores podrían preferir acumular euros en su cuenta del BCE que en las entidades, generando riesgos sobre éstas. De ahí que sea clave equiparar el respaldo al euro digital con el que recibe el resto de la masa monetaria.

La segunda, muy relacionada con la primera, es el montante de euros digitales que pueda acumular cada usuario. La idea no es que el euro digital sea un recurso de ahorro, sino un instrumento de pago. De ahí que los límites serán relevantes.

El Banco Central Europeo está terminando su periodo de diseño y ensayo del euro digital, antes de enviar sus conclusiones a la Comisión Europea para comenzar el desarrollo normativo de la divisa. Esta fase preparatoria culminará a finales de 2025 y las expectativas del BCE es que entre en funcionamiento lo antes posible. 2026 es una fecha ambiciosa, pero no imposible.

Fuente: El Confidencial