• A pesar del avance de los pagos digitales en España, el uso del efectivo sigue siendo una práctica habitual entre los ciudadanos.

• En 2024, la cantidad retirada en cajeros automáticos alcanzó los 127.485,90 millones de euros, un récord histórico y un 2,08% más que en 2023.

• Sin embargo, el número de operaciones se redujo un 1,45% con respecto al año anterior, mientras que el importe medio por retirada aumentó hasta los 186,5 euros. Esta tendencia responde a la progresiva desaparición de cajeros, lo que obliga a los usuarios a espaciar sus visitas pero a sacar más dinero en cada transacción.

Por trimestres, el efectivo retirado fue de 29.471,96 millones de euros en el primero, 32.397,61 millones en el segundo, 32.047,26 millones en el tercero y 33.569,07 millones en el cuarto. Este patrón muestra que, pese a las dificultades de acceso al efectivo, los ciudadanos siguen optando por él frente a otros métodos de pago.

Desde 2008 hasta 2023, desaparecieron 18.451 cajeros en España, quedando 43.263 operativos en 2023. Mientras tanto, las formas de pago digitales han seguido expandiéndose. El número de terminales de pago (TPV) aumentó un 38%, hasta los 2,5 millones, y las tarjetas de débito y crédito crecieron un 16%, alcanzando los 91,52 millones. Además, la aplicación Bizum, con más de 28 millones de usuarios, registra 35 operaciones por segundo.

Ante la creciente dificultad para acceder al efectivo, la plataforma Denaria insiste en la necesidad de garantizar su disponibilidad. En julio, propuso la creación de un Sistema Nacional de Seguridad del Dinero en Efectivo dentro del Anteproyecto de Ley de Industria y Autonomía Estratégica. Entre sus medidas, destacan la instalación de máquinas de efectivo en estancos y farmacias, la regulación de una distancia máxima entre cajeros, la promoción de cajeros gratuitos de marca blanca, la eliminación del límite de 1.000 euros para pagos en efectivo y el fin de las recomendaciones oficiales para pagar por transferencia. Denaria recuerda que la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios obliga a aceptar efectivo en todos los pagos.

Mientras el uso del efectivo persiste, la digitalización sigue avanzando con iniciativas como el euro digital, impulsado por el Banco Central Europeo. A pesar de la expansión de los pagos electrónicos y la reducción del acceso a los cajeros, los datos muestran que los españoles se resisten a abandonar el dinero en metálico debido a varios factores. Por un lado, el control del gasto es una razón clave, ya que permite a los ciudadanos administrar mejor su presupuesto sin depender de tarjetas o aplicaciones bancarias. También existe una desconfianza en los pagos digitales, pues, aunque la banca online y las tarjetas son cada vez más habituales, algunos usuarios consideran que el dinero físico ofrece mayor seguridad. Además, la exclusión financiera sigue siendo un problema en España, ya que no todos tienen acceso fácil a cuentas bancarias o métodos de pago electrónicos, lo que hace que el efectivo sea, en muchos casos, su única opción viable.

Desde Denaria se hace un llamamiento a las administraciones y entidades financieras para que refuercen las infraestructuras de acceso al efectivo y eviten que la distancia a los cajeros se convierta en un obstáculo para su uso.

Fuente: ABC, Economía Digital, Europa Press, Infobae, El Español, Diario de Sevilla, Capital.es, Investing, MSN