El artículo aborda la falta de transparencia de Amazon Web Services (AWS) respecto al consumo de agua en sus centros de datos en España, ubicados en El Burgo de Ebro, Villanueva de Gállego y Huesca. Esta filial de Amazon, abrió su primer clúster de empresas de datos en estas instalaciones de Zaragoza y Huesca, operativas desde 2022.
Estas empresas requieren grandes cantidades de agua para refrigerar sus servidores y ejecutar modelos de inteligencia artificial (IA), especialmente durante los meses de verano. Sin embargo, a pesar del estrés hídrico de la zona y la preocupación medioambiental no divulgan los datos específicos sobre su consumo hídrico.
Una investigación de EL PAÍS, basada en solicitudes de información de administraciones locales, revela que, desde la entrada en funcionamiento de AWS en la capital oscense, el consumo de agua industrial ha aumentado en 62 millones de litros anuales, duplicando las estimaciones iniciales de la empresa que eran de 36 millones. Dentro de los polígonos industriales se emplean ventiladores que captan el aire de fuera impulsándolo hacia el interior para refrigerar los equipos informático, no obstante, en épocas de altas temperaturas se requiere de un sistema de enfriamiento por evaporación de agua.
Este incremento plantea preocupaciones sobre la sostenibilidad ambiental, especialmente en regiones propensas a sequías y con altas temperaturas en verano. La opacidad en torno a estos datos contrasta con la tendencia de otras grandes tecnológicas, que han comenzado a publicar informes detallados sobre el impacto de sus centros de datos. Según expertos en sostenibilidad, la transparencia en el consumo de agua es clave para evaluar la viabilidad de estas infraestructuras en territorios con recursos hídricos limitados. Sin estos datos, las administraciones locales no pueden diseñar políticas de gestión eficiente del agua. Además, se destaca la ausencia de regulaciones que obliguen a las empresas a informar sobre el uso de recursos en sus centros de datos, lo que dificulta la evaluación de su impacto ambiental.
Fuente: El País