El cambio climático y sus repercusiones alrededor de nuestro planeta, la Tierra, han ganado atención mediática en los últimos días por la celebración en Dubái de la COP28 (la vigésimo octava Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático). A un solo día de que termine dicho evento, y de forma paralela, el Banco Central Europeo (BCE) publicó un informe en el que muestra el impacto en el medioambiente que tiene el uso de una parte del dinero en efectivo: los billetes. Según este, el papel moneda puede considerarse eco-friendly (amigable con el medio).
En el marco de la COP28, el pasado martes la ONU reveló que la pasada década (desde 2011 a 2020) fue la más cálida desde que hay registros, algo que afectó gravemente al aumento del nivel del mar y al derretimiento de los glaciares. Por ejemplo: a lo largo de esos 10 años la capa de hielo continental de la Antártida perdió casi un 75% más de hielo que en la década previa (entre 2001 y 2010). Según el director del estudio, Petteri Taalas, la causa fue "inequívocamente" las emisiones de gases de efecto invernadero "procedentes de las actividades humanas".
El calentamiento global no solo provoca problemas en la naturaleza y humanitarios, sino que también acaba teniendo un impacto negativo en la economía (y, en última instancia, en nuestros bolsillos). En consecuencia, distintos organismos y organizaciones internacionales han aumentado sus esfuerzos en los últimos años para estudiar cómo el modo de vida de las personas en distintas partes del mundo afecta al medioambiente.
Precisamente la lucha contra el cambio climático y su importancia para la economía es uno de los asuntos sobre los que Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha querido poner más énfasis desde que asumió el cargo a finales de 2019. Algo que no ha estado exento de polémica dentro de la institución monetaria. Aun así, esta ha llevado a cabo en los últimos años diferentes investigaciones sobre cómo el calentamiento global afecta a la economía y, en definitiva, al día a día de la ciudadanía de los 20 países que comparten la divisa (conocidos en conjunto como eurozona) y del resto de la Unión Europea (UE), compuesta por 27 Estados miembros (los 20 del 'club' del euro y Bulgaria, Dinamarca, Hungría, Polonia, República Checa, Rumanía y Suecia.
¿Cuánto contamina usar los billetes?
En su última indagación el Banco Central Europeo le ha dado una vuelta al asunto: en vez de preguntarse cómo afecta el cambio climático a la economía y a las finanzas personales, se ha planteado si los hábitos de la ciudadanía del área monetaria influyen de forma negativa en el entorno natural y, en caso afirmativo, en qué medida. En concreto, ha querido dar respuesta a cuánto contamina el uso del dinero que emite.
Hay que tener presente que el dinero en efectivo es la forma de pago más utilizada en la zona euro. Es por ello que el organismo con sede en Fráncfort ha analizado cómo la fabricación, distribución y manejo de los billetes afectan al medioambiente.
La institución ha excluido de su análisis a las monedas (la otra forma de efectivo). ¿Por qué? "El BCE es, junto con los bancos centrales nacionales, el emisor legal de los billetes en euros, mientras que las monedas están bajo el control de la Comisión Europea", explica.
Los resultados del estudio reflejan que el impacto ambiental del uso de los billetes es pequeño: en 2019, el importe global medio de los pagos hechos por cada ciudadano de la eurozona con papeles moneda tuvo una "puntuación global única" de 101 micropuntos (µPt). Se trata de una puntuación "muy baja", según los propios autores del análisis, pues equivale a que se conduzca solo ocho kilómetros (km) con "un coche estándar" en todo un año. Es más, apenas representa el 0,01% de todo el impacto medioambiental de un ciudadano europeo a lo largo de 365 días.
El BCE recoge algunas comparativas para resaltar la leve influencia negativa de los billetes en el entorno natural. A modo de ejemplo: fabricar de una camiseta de algodón que se lava una vez a la semana durante un año es equiparable a conducir 55 km, es decir, contamina casi siete veces más que usar el papel moneda.
¿Cuáles son los factores más contaminantes de los billetes?
De los 101 micropuntos mencionados previamente, la mayor parte (el 37%) son consecuencia del suministro eléctrico de los cajeros automáticos. Otra buena parte, el 35%, procede del transporte de los billetes. Y le siguen las actividades de procesamiento en su distribución (10%), la fabricación del papel (9%) y la autenticación de los billetes en los puntos de venta cuando se utilizan (5%).
El Banco Central Europeo destaca en el informe de este lunes que el Eurosistema (la autoridad monetaria que integra al BCE y a los 27 bancos centrales de cada país de la UE) ha trabajado desde hace casi dos décadas para reducir la huella climática de los billetes. Además, el Eurosistema se ha comprometido a disminuir todavía más el impacto a través de "una intensa labor de investigación y desarrollo para lograr ese objetivo".
En este sentido, asegura que tendrá en cuenta las conclusiones del estudio publicado ayer en la creación de los futuros billetes de euro, los cuales no tienen todavía fecha para comenzar a imprimirse y usarse. El objetivo, asegura, es que los nuevos billetes "sean lo más respetuosos posibles con el medioambiente".
El BCE se muestra al mismo tiempo dispuesto a garantizar "la disponibilidad y aceptación generalizadas del efectivo", en palabras de Piero Cipollone, miembro del Comité Ejecutivo del BCE. Todo ello cuando, para mayor inri, el banco central está preparando el euro digital que, quizás, nacerá como un complemento a las monedas y billetes dentro de varios años.
Fuente: El Economista