A pesar de la pandemia y la presunta digitalización de los pagos, asegurar los pagos en efectivo sigue formando parte del corazón de la estrategia de pagos en retail de la eurozona.
Durante la pandemia se afirmó que se había acelerado la digitalización de los pagos a costa del efectivo, pero ahora se demuestra que no es así:
- El efectivo sigue siendo el medio de pago predominante en puntos de venta y P2P en la eurozona.
- El efectivo se usó en el 59% de las transacciones de la zona euro en los puntos de venta, siendo la opción preferida frente a otros medios de pagos.
- La digitalización de los pagos no ha existido, porque los pagos a través de las aplicaciones móviles sólo representan un 3% de todos los pagos.
Descontado el escaso protagonismo de los pagos móviles, a pesar de que prácticamente toda la población tiene smartphone y acceso a internet, y el cierre intensivo de puntos físicos de acceso al efectivo (cajeros y oficinas bancarias), y también pese a la pandemia, el pago en monedas y billetes aún representa un 59% de los pagos en puntos de venta, mientras que las tarjetas un 34%. La población demanda y usa el efectivo a pesar de las dificultades crecientes en su acceso.
El crecimiento desde el 6% hasta el 17% en pagos online no recurrentes significa un desplazamiento de pagos en comercio físico en beneficio de marketplaces online, lo que perjudica la economía local.
Se confirma la relación directa entre efectivo y anonimato y protección de la privacidad, y también con control del gasto personal.
El estudio señala que, comparado con antes de la pandemia, la mayoría de los consumidores no han cambiado en su hábito de uso de monedas y billetes en tiendas físicas (54%), frente a un 45% que usan menos efectivo que antes.
Uno de cada 10 euros usados para pagar procede de reservas personales, lo que está relacionado con una posible acumulación de dinero físico durante la pandemia, cuando se retiró menos veces dinero del cajero, pero en mayor cantidad. En este sentido, el 37% de los consumidores guardan dinero en su hogar, un 3% más que en 2019, lo que puede indicar un alejamiento progresivo de la población de sus proveedores bancarios.
La mayoría se declara satisfecha del actual acceso al efectivo, y un 90% dicen que es fácil sacar dinero de los cajeros o del propio banco. No obstante, uno de cada diez europeos señala que es difícil o muy difícil (lo que equivale a 30 millones de personas de la zona euro).
En definitiva, el efectivo está vigente, se valora de manera muy favorable y se usa con frecuencia. El efectivo sigue siendo uno de los medios más utilizados y preferido por el público.
Se utiliza en el 60% de las transacciones, es decir 15 puntos por encima de las tarjetas, y su uso destaca en las compras de importes relativamente pequeños.
A pesar de que la encuesta sigue todavía bajo la influencia del COVID, cuando erróneamente se estigmatizó al efectivo, la conclusión es evidente: un número significativo de europeos siguen utilizando efectivo.
España es además uno de los países con mayor uso de monedas y billetes, según los resultados de la encuesta. Otras conclusiones a destacar son:
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- En 2022, el efectivo es el medio de pago más utilizado en España para las compras en comercios físicos y los pagos entre particulares.
- El 65,6% de los pagos no recurrentes en comercios físicos se realiza en efectivo, es decir, 2 de cada 3 pagos realizados.
- El 71,4% de pagos entre particulares se realiza en efectivo.
- Las compras online no recurrentes pasan del 8,4% (2019), al 15,8% (2022), en transacciones, y de 20,3 % en 2019 al 23,1% en 2022, en volumen.
Estos cambios en la composición de la forma en la que los consumidores compran afectan directamente al uso de los diferentes medios de pago. El aumento de las transacciones en comercio online está llevando a una disminución del uso del efectivo como medio de pago, al no poder ser utilizado de forma general en este tipo de compras. Además, la reducción del uso del efectivo se habría intensificado debido a que el desplazamiento de las compras físicas hacia las compras online se concentra en sectores en los que el efectivo se utiliza con gran intensidad, como la restauración, la hostelería y los supermercados.
Como conclusiones del gráfico mostrado a continuación:
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- Los pagos en efectivo son especialmente significativos en hogares con menores ingresos y en mayores.
- En el caso de pagos recurrentes (alquiler o hipoteca, préstamos, suministros del hogar, impuestos, seguros, suscripciones, telefonía y/o Internet, y transporte) el 77,5% de este tipo de pagos están domiciliados y el importe de las domiciliaciones alcanza casi el 80% del total.
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